Nada aporta más calidez a una estancia que un buen fuego en torno al que relajarse. Más allá de su estética y de la manera de integrarlo en el ambiente, conviene tener en cuenta otras cuestiones prácticas tales como el rendimiento calorífico de la chimenea elegida, sus requisitos de instalación, el tipo de combustible más adecuado en cada caso o la facilidad de uso, limpieza y mantenimiento. La buena noticia es que cada vez son más las opciones que podemos encontrar, con mejores prestaciones y un rendimiento mucho más eficiente que el de los hogares tradicionales.
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